Orígenes y situación actual del toro bravo


El origen del toro bravo se establece en el antiguo Uro box. A pesar de su domesticación, sigue manteniendo la bravura y agresividad características de sus antecesores salvajes. La zona donde se han establecido los orígenes de esta raza está localizada en las marismas del bajo Guadalquivir, ya que se introdujeron en la península  a través del Estrecho de Gibraltar provenientes de África. Fue ya en el siglo XVIII cuando se comenzó a recluir en extensiones delimitadas y bajo un control ganadero los rebaños de ganado bravío y semisalvaje que se encontraban diseminados por el suroeste de la península Ibérica.

Los últimos años, algunos investigadores medioambientales han determinado que gracias al sistema de manejo y explotación del ganado bravo, el toro supone una útil herramienta de conservación de grandes extensiones de dehesa,  obteniéndose de esta forma un importante beneficio económico asociado a un mínimo coste medioambiental.

 En la actualidad, las ganaderías bravas no pasan por un buen momento, debido a que el número de festejos se ha visto reducido en un 40% aproximadamente desde el año 2007. Esto ha provocado una sobreoferta de ganado de lidia y consecuentemente una reducción significativa de sus precios, y en ocasiones los ganaderos han enviado su ganado de lidia a matadero para obtener al menos algún ingreso, que ni siquiera cubre los gastos de producción de esa carne (los costes de producción de un toro para lidia se sitúan entre los 4.000 y los 5.000 euros, y si el destino final de la res es el matadero en vez de la plaza, el precio percibido se sitúa en torno a los 500 euros, un 10 % de su valor).

Ante esta situación, el sector del ganado de lidia se ve abocado a autorregularse para adaptar su oferta a la demanda. En España hay actualmente cerca de 250.000 cabezas de ganado bravo, pero este número se verá reducido de forma forzosa en los próximos años si no cambia la actual situación del mercado, ya que se sustituirán el ganado bravo por razas comerciales de carne. Del mismo modo, de las aproximadamente 1.200 ganaderías bravas inscritas en el año 2007, han desaparecido un buen número, siguiendo con una clara tendencia a la baja. Si dicha tendencia continua, se teme que desaparezcan incluso estirpes y encastes enteros que sólo se conservan en ciertas ganaderías.

Etiquetas