El caprino en la dehesa


La cabra (Capra aegagrus hircus) es un mamífero ungulado que fue domesticado alrededor del VIII milenio adC. Es un animal de pequeña talla, con cuernos arqueados, muy ágil y adaptado a saltar y escalar, lo que hace que su aprovechamiento se realice principalmente en las zonas montañosas, donde otras ganaderías no tienen capacidad de prosperar.  Otra característica distintiva de este ganado es sus hábitos de pastoreo, ya que la cabra se alimenta de plantas arbustivas, además de la bellota, el pasto y el forraje que aprovechan también el resto de las ganaderías de la dehesa. De las cabras se aprovecha la leche (para la producción de quesos), la carne, y, en menor medida, la piel  y el pelo.

Las razas de caprino más habituales en la dehesa extremeña son la raza Verata en el norte de Extremadura y la raza Serrana en el sur. La selección de estas razas ha sido determinada por su aptitud lechera, ya que este es el principal uso que se le da al ganado caprino, quedando el caprino de carne relegado normalmente a zonas poco accesibles donde la recogida diaria de la leche no resulta rentable. Estas razas autóctonas se suelen encontrar cruzadas con otras como la Murciano-granadina, Malagueña y Retinta.  La raza autóctona Retinta, a pesar de su gran rusticidad,  ha sido absorbida por sucesivos cruces puesto que tiene menor aptitud lechera que otras razas. Como ejemplo, en las sierras del sur de Extremadura es habitual encontrar rebaños de cabra Retinta cruzada con Serrana.

 

Fotografía: Cabra verata.

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