Otro aprovechamiento que también tiene cabida en la dehesa extremeña es la producción de miel y polen, ya que gran parte de las especies arbóreas, arbustivas y herbáceas que la conforman tienen un reconocido interés apícola. Ejemplos de estas especies son la encina, el cantueso, el trébol, la jara, el brezo o la viborera.
La miel se define como la sustancia natural dulce producida por la abeja Apis mellifera a partir del néctar de plantas o de secreciones de partes vivas de plantas, que las abejas recolectan, transforman, depositan, y almacenan en colmenas para que madure. Se trata de un alimento natural, edulcorante y altamente calórico, que además tiene numerosas propiedades terapéuticas, ya que la miel es cicatrizante, antioxidante, antiséptica y antimicrobiana. Otros productos que se obtienen de la apicultura son cera, polen, propóleos y jalea real.
Existen dos tipos principales de explotaciones apícolas: por un lado, aquellas cuyas colmenas son estantes; por el otro, las de colmenas movilistas o trashumantes, que se desplazan durante todo el año por la península buscando las distintas floraciones, llegando a recorrer hasta 2.000 km anuales. En Extremadura predominan claramente las trashumantes frente a las estantes, ya que de las 967 explotaciones apícolas censadas por el Registro de Explotaciones Ganaderas del MAGRAMA en 2011, 863 son trashumantes.
Por otra parte, las abejas, con su continuo pecoreo en busca de néctar y polen, contribuyen de forma totalmente imprescindible a la polinización, y con ella al mantenimiento de la biodiversidad. Es por esto que la apicultura es clave en la conservación de nuestros ecosistemas, destacando entre ellos la dehesa.
El producto principal de la apicultura es la miel. Dependiendo de la cantidad de néctar de cada especie que tenga la miel, puede ser miel de mielada de Quercus, miel de eucalipto, de cantueso, de brezo…, o milflores, si en su composición no predomina el néctar de ninguna especie.
En España se utilizan principalmente tres tipos de colmenas: lanstroth, industrial y layens. Las dos primeras son de sentido vertical, lo que permite separar el área de cría de la de almacenamiento. La Layens, de sentido horizontal, es la más utilizada en Extremadura.
Las abejas, cuando la miel está madura, sellan la celdas llenas con una capa de cera (opérculo), es entonces cuando los apicultores van a las colmenas a quitar los panales para extraer la miel, lo que se puede hacer siguiendo distintos métodos según el grado de industrialización de la explotación: centrifugado (más natural) o prensado.
Posteriormente, se le eliminan las impurezas (colado, decantación y filtración) y se envasa. La miel ya está lista para su consumo.
Otros productos que se obtienen de la apicultura son cera, polen, propóleos y jalea real.
Esta miel procede exclusivamente de las colmenas estantes de la comarca que están censadas en el Registro de Explotaciones de la Denominación de Origen, y se produce a partir de los néctares y secreciones de las plantas que crecen tanto en los pastizales como en las zonas de montaña, en las comarcas de Las Villuercas e Ibores.