Debido a las características de la producción de carne de vacuno en la dehesa, y a los recursos naturales que esta pone a disposición de los animales para su alimentación, se obtienen unas carnes con unas características organolépticas totalmente exclusivas, distintas de las obtenidas mediante el cebo intensivo con aporte de concentrados. Esto se debe a la alimentación natural con pastos muy ricos y variados, la bellota, el ramoneo del arbolado y arbustos existentes, etc., sumado al ejercicio físico constante que realiza el animal en libertad y que influye en la conformación de las carnes. Se obtiene de esta manera productos cárnicos excelentes, a la vez que se colabora con el mantenimiento de la dehesa y se contribuye a su sostenibilidad medioambiental.
La carne de vacuno, en general, se considera como una carne magra, habitualmente tierna, con gran poder nutritivo debido a su contenido en proteínas de calidad y su contenido en minerales, rica en agua y con un bajo contenido en grasas.
Un subsector dentro de la carne de vacuno lo compone la carne de ganado de lidia (ganado bravo). En la actualidad, bajo la marca registrada de “Ternera de bravo” se están comercializando, como carnes de excelente calidad, las canales de vacas bravas vírgenes de entre 24 y 48 meses de edad procedentes de los descartes de los tentaderos. Son animales de menor tamaño que el resto de ganado vacuno, y al ser un animal que crece prácticamente en estado salvaje a lo largo de toda su vida, el sabor de su carne, de color rojo muy marcado, es más intenso y fuerte.
En España, cada año se sacrifican alrededor de dos millones y medio de cabezas de vacuno. El sistema de producción de carne de ternera que se utiliza en la dehesa consiste en que el ternero vive en libertad y junto a su madre los 6 o 7 primeros meses de su vida. Transcurrido este tiempo, se procede al destete, es decir a separar el ternero de su madre, trasladando el ternero a otras parcelas o a recintos cerrados o cebaderos. Posteriormente, mediante la aportación de piensos y concentrados autorizados, los animales van ganando peso hasta alcanzar entre los 350 y los 500 kg de peso vivo con una edad de entre 11 y 18 meses. En estas condiciones, los animales producen unas canales que oscilan entre los 180 y los 200 kg.
La producción de carne de vacuno se clasifica según edades, denominándose los animales de las siguientes formas según establece la normativa vigente:
La CANAL es el cuerpo del animal una vez sacrificado, desangrado, desollado y eviscerado, presentado sin cabeza ni patas. En el siguiente enlace se muestran las diferentes piezas que se pueden obtener de una canal de vacuno: http://www.carniceriaflores.com/tienda/content/7-despieces
La MADURACIÓN es un proceso esencial para el consumo de la carne de vacuno, ya que convierte las fibras musculares del animal en carne apta para ser consumida. El proceso comienza en el sacrificio, al cesar la circulación sanguínea y con la falta de oxígeno, los músculos del animal quedan rígidos y endurecidos. Cuando ese proceso ha finalizado, la acidez de la carne baja y una serie de enzimas transforman las proteínas y producen el reblandecimiento de la carne. A los tres o cuatro días, la carne ya se ha ablandado los suficiente como para ser consumida, aunque se suele dejar madurar al menos unos 7 días para garantizar carnes más tiernas y jugosas. El proceso se realiza preferentemente con la canal colgada y bajo refrigeración entre 1 y 3ºC, ya que así se crea un medio selectivo que únicamente permite el crecimiento de aquellos microorganismos capaces de desarrollarse a temperaturas cercanas a la congelación, y que favorecen la maduración. Esas bajas temperaturas también evitan la proliferación de bacterias, lo que hace que la carne en estas condiciones se puede conservar hasta 25 días.
La conservación de la carne siempre será mejor si se conserva su grasa de cobertura. Por otra parte, el faenado del animal es básico en la calidad final de la carne, ya que si a la hora del sacrificio el animal se encuentra agotado o ha sufrido mucho estrés, el sangrado no será el correcto y no se desarrollará de forma adecuada la maduración, dando como resultado una carne dura y seca.
Los factores que determinan la calidad de la carne de vacuno son:
- Color: Es el primer factor que se tiene en cuenta a la hora de determinar la calidad de una carne, habitualmente se valora positivamente un color rojo brillante, rechazándose la carne con color apagado o tonos pardos. Las causas de la aparición de colores apagados o tonos pardos son muchas y variadas, entre ellas las altas temperaturas, baja humedad relativa, exposición a la luz, contaminación bacteriana, etc.
-Terneza: Viene determinada por los tejidos de las fibras musculares, y está condicionada por la cantidad de grasa y enzimas presentes en el músculo, de tal forma que la existencia de grasa infiltrada o veteada contribuye a aumentar la sensación de terneza de la carne.
- Jugosidad: Está determinada por la cantidad de grasa que contiene el músculo y por la cantidad de agua retenida en él. Habitualmente, los animales de mayor edad acumulan mayor cantidad de grasa y líquidos en los músculos, lo que causa que su carne sea más jugosa.
- Aroma y sabor: Estas dos características son muy tenidas en cuenta por el consumidor, y suelen valorarse de forma simultánea, denominándose “Flavor”. Las preferencias de flavor son muy variables, variando sustancialmente según las zonas geográficas y factores de tipo cultural
La canal de vacuno debe llevar adjunto un etiquetado de trazabilidad, que debe permanecer guardado por el carnicero que comercializa la carne, y un etiquetado comercial. En muchas ocasiones, estas dos etiquetas se unifican en una sola donde se recogen una serie de números identificativos.